Esta nota no tiene ánimos de citar el típico cliché de que para estar sano y verse bien se necesita comer balanceado y entrenar constantemente, porque eso ya se sabe desde mucho antes que hayas nacido. Lo que no se sabe o al menos no se está consciente de, es que la mente puede jugar una mala pasada en cuanto al resultado que se quiere obtener, ya sea para mostrar esos abdominales en la temporada de verano o simplemente no agotarse al jugar con los niños si eres papá o mamá.
Lo primero a tomar a cuenta es la adherencia; una palabra rebuscada para mencionar que, si quieres mejores resultados, debes enfocarte en la meta y planificar tu día acorde al estilo de vida que llevas o aspiras. ¿Cómo? Clasificando tus deberes y quehaceres de lo urgente a lo no urgente y de lo importante a lo no importante.
Stephen Covey dijo: “La clave no es priorizar lo que hay en tu agenda, sino agendar tus prioridades”. El entrenamiento o tu alimentación no son excepción a la regla, sino más bien la base de tus capacidades fisiológicas. Lo segundo, asumiendo que ya has pasado de la etapa pre-contemplativa a contemplativa, es decir, que ya eres activo, es evitar a toda costa el aburrimiento al no comer lo mismo o entrenar de la misma manera todo el tiempo.
La llamada rutina de ejercicios si no es modificada acorde a los cambios que vas obteniendo en el transcurso del tiempo, llegarás al inevitable estancamiento. Hay muchas maneras de agregar cosas nuevas en el gimnasio; desde los ejercicios, el volumen, la intensidad, la postura, los medios, el tiempo, entre otros. Si no sabes de ninguna de las anteriores, respáldate en un profesional del acondicionamiento físico con credenciales que diseñe un plan de entrenamiento específico, relevante a tu necesidad y divertido.
Tercero, mantenlo social. ¿Cómo? Participa en carreras o asiste a una clase en grupo que nunca hayas hecho en tu gimnasio; comparte el entrenamiento y disfruta de la compañía de tus amigos. Rodéate de personas que siguen tu misma filosofía y evade a aquellos que pueden desmotivarte en el camino con críticas u opiniones no solicitadas; recuerda que es un estilo de vida y nadie lo vivirá por ti.
Cuarto, deja de buscar la solución rápida porque lo único que obtendrás es el efecto yo-yo y una potencial desilusión y desmotivación después de que hayas bajado 10 kilos y te des cuenta que no puedes sustentarlos si no te has educado a comer primero o a entrenar de manera segura y consciente.
Por último y no menos importante, da el paso a la acción si aún lo estás pensando, porque es más sencillo de lo que parece. Realmente no necesitas invertir más de una hora de tiempo o estar inscrito en el mejor gimnasio de tu colonia para estar saludable o fit. Lo único que necesitas es la motivación suficiente para levantarte del sofá, ponerte tus tenis y utilizar tus más de 650 músculos para moverte. Cómo dice por allí un dicho: “el que quiere, puede y sino, busca la manera de cómo lograrlo”.
“Vive de manera consciente y no bajo el ritmo de la corriente”.
Jesús Almedo. ACE Certified Personal Trainer.
Especialistas SCU