En el camino para encontrar el éxito en el gimnasio, es decir, los resultados adecuados para ti, no debes dejar de considerar tu tipo de cuerpo, el cual está determinado por su forma ósea. Existen tres clasificaciones principales: mesomorfo, endomorfo y ectomorfo. De esta última, te contaremos en este artículo para que conozcas sus características y compruebes si formas parte del segmento que popularmente es conocido como cuerpos flacos.
¿Cómo es un cuerpo ectomorfo?
Se trata de una complexión naturalmente flaca, con músculos delgados, extremidades largas y los hombros son estrechos. De forma general, tienen poca grasa corporal y por mucho que coma, nunca tendrá sobrepeso gracias a un rápido metabolismo y una gran facilidad para quemar calorías.
Aunque en muchas ocasiones se piense que un cuerpo ectomorfo es el más adecuado para lograr una figura atlética con grandes músculos, en la realidad requiere de tanto esfuerzo como los demás tipos de complexión. Aquí la dificultad se centra en aumentar el peso y la masa muscular, por lo que es necesario que su programa de entrenamiento tenga algunas especificaciones que a continuación te detallamos. Por supuesto, no debemos dejar de considerar un plan alimenticio especial.
Entrenamiento para un cuerpo ectomorfo
Cargas pesadas
Lo ideal para un cuerpo ectomorfo es realizar entrenamientos de fuerza y potencia de todo el cuerpo aunque se puede enfocar en alguna zona específica. Si bien lo ideal es trabajar con grandes pesos, para llegar a tener un estímulo efectivo es necesario primero dominar la técnica.
En este sentido, al empezar tu vida en el gimnasio lo ideal es probar ejercicios con pesos ligeros; en el caso de la barra, puede ser sola, sin discos. Toma en cuenta que eres principiante y como tal, debes progresar en tu trabajo de forma paulatina. No te sientas intimidado por tener que quitarle peso cuando ocupes una máquina o un accesorio.
Cuando logres soportar grandes pesos, lo ideal es que tus series sean de pocas repeticiones (5-10) y con descansos largos (2-3 minutos).
Tipos de ejercicios
Para un inicio exitoso y efectivo, se requiere incluir al menos un ejercicio de cada uno de los principales grupos musculares (pecho, espalda, hombros, piernas y abdomen). La idea es que procures construir tanto músculo como sea posible.
En cuanto al tipo de ejercicios, es importante que se elijan los movimientos compuestos, es decir, que involucren la participación de múltiples articulaciones. La meta es que perfecciones tu coordinación y que además alcances mayor fuerza al permitir que otros músculos secundarios trabajen al mismo tiempo.
Algunas opciones de ejercicios para desarrollar un cuerpo ectomorfo pueden ser: press de banca, remo inclinado, sentadillas, peso muerto, press de hombro, curl con barra y extensión de tríceps. La mayoría de estos movimientos te ofrecen la oportunidad de progresar en tus entrenamientos al agregar mayor carga.
Entrenamiento cardiovascular
En cuestión de entrenamiento, lo recomendable es que sea limitado, con intensidad moderada y un objetivo recreativo o de complemento. Procura que sea al final de tus rutinas para que no le reste energía a tu programa de fuerza.
Complementa tu entrenamiento con una buena alimentación
Como en todos los tipos de complexiones, para el cuerpo ectomorfo la alimentación juega un papel muy importante en el camino a encontrar un trabajo eficiente. Consulta con un especialista para que juntos encuentren el mejor plan de nutrición. Recuerda que en la app de Smart Fit Nutri obtendrás la asesoría que necesitas para cada tipo de objetivo en el gimnasio. Descárgala y comienza a disfrutar de la guía y los consejos más adecuados para ti.