Curl de bíceps, la mejor forma de lograr unos brazos impresionantes

Una de las primeras imágenes que nos llegan a la mente cuando pensamos en un cuerpo fuerte y en forma son los músculos de los brazos marcados, o lo que se conoce como unos “conejos bien ejercitados”.  No es ningún secreto que los curls de bíceps, es decir los que ayudan a desarrollar los brazos, son los más populares en un gimnasio.

Aunque hay varias formas para trabajarlos, los más comunes son los curl de bíceps (flexión de bíceps) en sus diferentes versiones: las que se realizan con barra, con martillo y con mancuernas, aquí te explicamos las características de cada una y sus principales beneficios.

Curl de bíceps con barra

Este tipo de ejercicios estimula el crecimiento muscular y genera una mayor fuerza. Su objetivo es trabajar principalmente los deltoides frontales (músculos del hombro) y el bíceps braquial.

Coloca tus pies al ancho de la cadera y flexiona un poco las rodillas para que descargues el peso sobre las piernas y no sobre la columna vertebral. Mantén la espalda recta. Inala y flexiona los codos teniendo cuidado de no flexionar el pecho. Realiza una contracción de los músculos de los glúteos, abdominales y espinales. Exhala al final del movimiento.

Curl de bíceps con martillo

Es uno de los ejercicios recomendados para los principiantes debido a la facilidad con que se realiza. Aisla partes del bíceps difíciles de trabajar: el supinador largo y braquial anterior.

La variante en este ejercicio consiste en agarrar las mancuernas y dejar los brazos extendidos hacia abajo, las manos deben estar mirando hacia tu cuerpo. Levanta las mancuernas flexionando los codos con cuidado, llévalas hasta la altura de tus hombros y después bájalas a la posición inicial.

Curl de bíceps con mancuernas

En esta alternativa para trabajar los bíceps se ejercitan los braquiales y el palmar mayor.  Permite que trabajes la fuerza y el volumen de tus brazos por separado.

Con una posición erguida y con el abdomen contraído, sujeta un par de mancuernas y deja que cuelguen a la altura de los brazos, con las palmas de las manos hacia fuera. Sin mover la parte superior de los brazos, dobla los codos y lleva las mancuernas lo más cerca posible de los hombros. Haz una pausa por un segundo y baja lentamente las pesas hasta la posición inicial, con los brazos totalmente estirados.

Para mejorar el aspecto de tus brazos no hay nada como la constancia y la asesoría del personal calificado de Smart Fit que te activará y retará en esos días en que necesitas un pequeño empujón para terminar tus rutinas.